martes, 17 de abril de 2012

La crisis de Repsol y el vacío de poder en España




El golpe de mano llevado a cabo por Cristina Kirchner, la presidenta de Argentina, apropiándose de la parte de YPF propiedad de la petrolera española Repsol, demuestra a las claras el estado comatoso de la política y la economía españolas. Es obvio que la presunta "nacionalización" de YPF se ha llevado a cabo precisamente porque España, por mor de la agresividad de los especuladores  internacionales y de la inanidad de sus clases política y empresarial, se ha convertido en el payaso de las bofetadas de la escena internacional.

Obviamente la "nacionalización" de YPF es una operación tramposa, corrupta, y de pura imagen, al gusto populista caudillista tan de moda en América en estos últimos años.  Lo que se acaba de expropiar (por un precio multimillonario, que el Estado argentino y por ende todos los argentinos, habrán de pagar en unos meses a la empresa-madre española), es la parte de YPF propiedad de la petrolera Repsol, pero sin tocar un céntimo de los intereses norteamericanos (EEUU no lo permitiría) ni sobre todo, de los de especuladores internacionales que se nutren de fondos "negros" y poseen alrededor del 25%  de YPF.  Ese 49% en total, permanece y seguirá incólume y sin nacionalizar.

¿Por qué se ha llevado a cabo ahora esta operación? Las razones son asimismo obvias, elementales y bastante toscas. La presidenta Kirchner trata desesperadamente de conseguir fondos con los que parchear el despeñe de la economía argentina, ahogada por una inflación otra vez disparada y un Estado que se ha quedado sin fondos, circunstancias que perfilan un nuevo y probablemente más dramático "corralito". A la vista de los problemas existentes el peronismo gobernante necesita galvanizar el país, y nada como la excitación del nacionalismo para lograrlo. Ocurre que el primer intento ensayado, el relanzamiento de la reivindicación de las islas Malvinas o Fakland, ha fracasado estrepitosamente, pues los británicos enseguida enseñaron los dientes y amenazaron nada veladamente con otra paliza militar como la recibida por Argentina hace ahora 30 años.

Es así que España, sus empresas "imperiales" en realidad, era (son) un objetivo mucho más fácil y asequible para una operación de ese calibre. Porque lo cierto es que de desde la época de Aznar y la "reconquista" americana llevada a cabo por la banca y las grandes empresas españolas privatizadas, se han abierto muchas heridas en las clases populares americanas, no solo argentinas, contra los nuevos, arrogantes y saqueadores "conquistadores": Repsol, sí, pero también Telefónica, ENDESA, BBVA, Banco Santander...  El saqueo de Aerolíneas Argentinas, vendida al precio de un euro en 2001 por la SEPI española al delincuente Díaz Ferran, expresidente de la patronal española CEOE, a instancias del entonces presidente del Gobierno español, amigo y probable socio del recepcionista, José María Aznar, quien además entregó al convicto Díaz Ferrán una "ayuda estatal" de 955 millones de euros, es un ejemplo de manual. Y en fin, los porteños tardarán generaciones en olvidar la imagen de los camiones blindados de Prosegur atiborrados de billetes de banco desfilando en larga caravana por el centro de Buenos Aires, rumbo a España tras haber vaciado las cajas fuertes de las instituciones bancarias españolas en Argentina cuando estalló el "corralito".

España vive momentos dramáticos, con un Gobierno incapaz y entregado a los "mercados". El vacío de poder es sobrecogedor, y la anécdota -ya categoría- de la real escapada a Botswana y su consecuencia principal, una crisis institucional en toda regla, ha venido a corroborarlo. La semana pasada oíamos a la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, apelar estúpidamente al nacionalismo más ramplón cuando amenazaba al Gobierno argentino con tomar "medidas" que hasta ella debe saber son imposibles en caso de que siguiera adelante la expropiación a Repsol. La gran zopenca anunciaba que iba a movilizar a EEUU y la Unión Europea, nada menos, para defender los "derechos" españoles sobre YPF. Pues bien, la respuesta de Obama en Cartagena de Indias fue que a EEUU le importa un rábano la disputa encendida y que en ningún caso correrá el riesgo de enfadar a Argentina, su principal aliado en el Cono Sur por mucho que la señora Kirchner juegue de cara a la prensa al "bolivarianismo" austral. La Unión Europea por su parte, ni ha contestado: bastantes problemas tiene, y además su credibilidad internacional como elemento coercitivo ha bajado muchos enteros en los últimos años por culpa de la famosa crisis. Así que el Gobierno español se ha quedado solo defendiendo los intereses de una compañía petrolera que es una  empresa privada española, cuyos problemas por tanto importan estrictamente a sus accionistas y a sus empleados y no al pueblo español en su conjunto.

Al fin y al cabo a los españoles ya nos robaron Repsol, entonces una empresa pública y por tanto constituida con el dinero de todos,  cuando fue privatizada y entregada como tantas otras a elementos afines a la derecha española. Por tanto, nada teníamos y nada perdemos ahora porque un ladrón acabe de robar a otro.  

En la fotografía que ilustra el post, una pintada contra Repsol en una calle de Buenos Aires.

1 comentario:

  1. Curioso que pocas semanas después, aquel cacareo que hubo con motivo de la renacionalización de la parte de YPF participada por Repsol, aquel patriotismo barriobajero, haya quedado casi en el olvido por la "opinión pública"... y es que en esto, como en casi todo, el encargado de remover la colmena de la opinión pública son los medios de comunicación masiva con intereses particulare en la cuestión, en este caso, se encargó de removerla Repsol, patrocinador de Telecinco, accionistas de Prisa, La Caixa, etc, etc. Patético resultó aquel debate del sábado por la noche que dirige Jordi González en que se proponían una suerte de represalias contra el Estado -soberano- de Argentina (y sí, admito críticas a los fallos de fondo de aquel proceso)... intervino un señor que era representante de una asociación argentina establecida en Barcelona, que empezó a explicar el contexto argentino y latinoamericano, incluso llegó a mencionar la CELAC, pero claro, los ilustres borregos de plató empezaron a balar y en balidos quedó todo. Y bueno, cosas así definen en gran medida la vida pública de este país.

    Yo personalmente, como ciudadano, no muevo ni moveré un sólo dedo por Repsol ¿es que acaso lo mueve Repsol por su amor y estima por los ciudadanos o por sus intereses corporativos? En todo caso, estoy a favor de la renacionalización de YPF y de los bienes naturales, que deberían reportar sus beneficios a los pueblos, no a las grandes transnacionales, que ven la Tierra como un gran mercado donde operar, ciegas a las sociedades que la habitan. Entre "los mercados" y "los pueblos", me quedo con los pueblos. Con todos los puntos débiles de las medidas emprendidas por Cristina Fernández de Kirchner.

    Joan de La Safor

    ResponderEliminar

Todos los comentarios dejados en este blog están sujetos a moderación.